El Plan de Comunicación
- Francesca De Cata
- 28 nov 2015
- 3 Min. de lectura
Teoría 26/11, Día 11
A la clase teórica de hoy han acudido dos exalumnas de la Universitat Jaume I para explicar a los alumnos del Grado en Periodismo cómo se elabora y diseña un Plan de Comunicación. Tras la conferencia dada por las dos ponentes, he querido plasmar en esta entrada mi reflexión sobre este concepto empresarial.
El Plan de Comunicación recoge la estrategia de comunicación de una entidad. De esta manera, consiste en una acción empresarial llevada a cabo para obtener unos objetivos concretos, resolver problemas y maximizar oportunidades. Es fundamental que la estrategia de comunicación de la empresa se plasme en un papel y por escrito para que todo el personal de la empresa se sienta integrado en un mismo documento. Se debe presentar con antelación a los integrantes de la plantilla para que estos tengan la opción de verlo y puedan valorarlo. Por lo tanto, el Plan de Comunicación puede definirse como un documento en el cual se detallan todas las actividades comunicativas que se ejecutarán en la empresa con el objetivo de lograr alcanzar unas metas. De este modo, el texto incluiría el tiempo determinado, el presupuesto concreto y los públicos a los que va destinada la acción.
La figura más adecuada para realizar este documento es el dircom. Cabe destacar, que no existe una forma generalizada de elaboración del Plan de Comunicación, pues cada empresa tiene su forma de trabajar. Aun así, al margen de lo que explicaron las ponientes y independientemente del documento facilitado por la profesora, Rafael Alberto Pérez, autor del libro Estrategias de comunicación establece una clasificación de las secciones con las que debería contar este documento. En primer lugar, la investigación resulta fundamental. El estudio de todo lo que tiene que ver con la empresa, es decir, la historia, el contexto, los antecedentes, las estrategias y posicionamientos, la imagen corporativa, el mercado en el cual se mueve, el producto o servicio que ofrece la compañía y la competencia con la que cuenta en su sector. Además, resulta fundamental incluir un análisis DAFO que analice las fortalezas y debilidades, así como las oportunidades y las amenazas de la corporación. También pueden realizarse procesos de benchmarking o análisis PEST.
El segundo apartado consistiría en el diagnóstico comunicativo que se basa en hacer una análisis de la situación actual de la empresa. A partir de esto, se podrá detectar el problema que sufre la entidad en cuestión. De este modo, consiste en llevar a cabo una radiografía del momento actual de la empresa y explicar las dificultades que tiene la misma. Así pues, mediante la detección de los aspectos negativos de la compañía se podrán marcar una serie de directrices que marcarán un camino y permitirán revertir la situación.
En otro orden de cosas, es fundamental que la empresa realice un mapa de públicos en el que se detallen los internos es decir, la plantilla, dirección, accionistas, entre otros; los públicos de mercado entre los que destacan los clientes y distribuidores; y, finalmente, los del entorno social como los bancos, administraciones, sindicatos, etc.
Los objetivos se erigen como otro de los principales apartados del documento del Plan de Comunicación. Estos han de ser específicos y concretos, cuantificables para que puedan ser gestionados de forma eficaz, pactados con el conjunto de la corporación y, realistas, es decir, que puedan desempeñarse.
El presupuesto y el timming representan dos de las últimas secciones. Respecto al presupuesto este debe mostrar la cantidad global de la estrategia de comunicación y el precio de cada una de las acciones que se ejecutarán. Finalmente, en cuanto al timming se ha de realizar una especie de cronograma o calendario que marque el periodo y el tiempo en el que se va a realizar el plan.
López Viera establece que la estrategia de comunicación es «un proceso que tiene que conducir en un sentido y con un rumbo, la voluntad planificada del hombre hacia el logro de objetivos generales que permitan modificar; la realidad de la cual partimos, sin perder el rumbo, sin perder lo esencial de esos propósitos». De este modo, queda patente que el dircom es la figura más adecuada para encargarse de este proceso y, por consiguiente, del diseño y elaboración del Plan de Comunicación.
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