La imagen de los famosos (II)
- Francesca De Cata
- 8 nov 2015
- 5 Min. de lectura
Siguiendo la línea del post «La imagen de los famosos (I)» me dispongo a redactar la segunda parte entorno a esta temática. En la entrada anterior ha quedado patente que la artista estadounidense Miley Cyrus, ha llevado a cabo una serie de cambios y transformaciones tanto en su carrera profesional como en su vida personal con el objetivo de desvincularse y dejar atrás la figura de Hannah Montana que tanto le atormenta.
Un ejemplo bastante parecido al de la cantante de Wrecking Ball es el de Justin Bieber, un chico de origen canadiense que también se dedica al mundo de la música. Los inicios de Bieber resultan un tanto peculiares, pues fue descubierto por Scooter Braun-actual manager del cantante-tras haber subido varios vídeos a la plataforma web de YouTube. El representante quiso dar a conocer al canadiense lo que dio lugar a que Usher y Justin Timberlake, dos conocidos artistas, mostraran interés por el chico de 13 años. Los dos cantantes pujaron para conseguir que firmara con sus discográficas y además, pretendían convertirse en su mentor particular. Al final, fue el cantante de Yeah, el que ganó la batalla.
A partir de aquí, Bieber empezó a trabajar en su nuevo disco. En 2009, el cantante sacó al mercado su primer sencillo, One Time, que alcanzó buenas posiciones en las listas musicales y fue certificado platino por parte de la Recording Industry Association of America. Meses más tarde, se puso a la venta su primero álbum bajo el nombre de My World. El disco tuvo una gran aceptación a nivel mundial, pero no fue hasta la publicación de su disco My World 2.0 con el sencillo Baby que realmente impactó en el mundo de la música, pues la canción alcanzó el tercer puesto de los singles más escuchados en Estados Unidos y se posicionaba entre los diez primeros lugares de las listas en siete países diferentes. De esta forma, Justin Bieber obtuvo una elevada fama y empezó a acudir a programas de televisión, a aparecer en todas las portadas de revistas, a hacer entrevistas y conciertos y, sobre todo, se creó en torno a él un gran club de fans popularmente conocidos como beliebers-unión del nombre del cantante, «Bieber», y el término «believe»-.

Fans de Justin Bieber esperando a que salga el cantante canadiense del Hard Days Night Hotel en Liverpool.
Bieber obtuvo un gran éxito; su buen comportamiento, su ternura y su actitud graciosa le convertían en un chico adorable. El canadiense transmitía ser un buen chico, muy trabajador, extremadamente agradecido, que quería mucho y cuidaba a su madre y que tenía muy presentes los valores cristianos.
Hoy en día, ya no queda nada de ese agradable y encantador niño. El artista ha protagonizado varios actos que han dado lugar a que se forje una imagen de chico malo. Existen varios ejemplos de este tipo de episodios: en 2012, un fotoperiodista denunció al cantante por agresión después de intentar hacerle una foto a él y a su pareja del momento, Selena Gómez. Dos años después el joven fue detenido en Miami por conducir bajo la influencia de alcohol y más sustancias. Otro suceso ha sido sus múltiples arrestos por conducción temeraria. Uno de los casos fue que Bieber, junto con sus amigos decidieron hacer una carrera de coches en una zona residencial. Junto a todo esto, también le han incautado marihuana en uno de sus autobuses de gira.
Por otra parte, en numerosas ocasiones ha dejado a sus fans tiradas en conciertos, sin aparecer o cantando solo dos o tres canciones y posteriormente, abandonando el escenario. Además, ha protagonizado varias polémicas tanto por el trato que le da a sus fans-una vez les escupió desde un balcón-como por dejar plantados a periodistas. Lo anteriormente expuesto pudo verse claramente en la primera rueda de prensa realizada por el cantante en España. Bieber llegó 45 minutos tarde sin dar explicaciones ni disculparse por el retraso. Además, respondió muy secamente a las preguntas y al finalizar no quiso pararse en el photocall para que los periodistas pudieran hacerle las fotografías necesarias. Mediante todos estos hechos, puede verse claramente que el cantante canadiense ha hecho todo lo que ha podido para dejar de ser visto como un chico bueno y pasar a ser un adulto problemático.
Aparte del cambio en su personalidad, su carrera profesional también ha experimentado transformaciones. A diferencia de las modificaciones en su actitud y su forma de ser, la evolución de su música ha sido más relajada, lo que también presenta diferencias con Miley Cyrus, cuyos cambios han sido radicales. Asimismo, el artista lo ha hecho de una forma más profesional. Es evidente que el cantante está intentando cambiar su estilo de música con el objetivo de hacer llegar su trabajo a un público más amplio y no solo formado por niñas pequeñas de 12-13 años. Sus últimas canciones «Where are Ü now» y «What do you mean?» presentan claras diferencias con sus primeros sencillos «One time» y «Baby». De este modo, su música ha evolucionado con él y presenta un estilo más acorde a su edad, por lo que sus canciones resultan más adultas y serias.
Su apariencia física también ha experimentado variaciones. Ha pasado de lucir una melena caracterizada como «angelical» a cortarse el pelo, llevar un tupé, dejarse flequillo y teñirse el pelo a un rubio platino. Además, se ha hecho numerables tatuajes por todo el cuerpo y se viste con ropa ancha, collares y gorras al estilo rapero.
El conjunto de acciones llevadas a cabo por el artista canadiense dejan en evidencia sus intenciones y ganas de cambiar, de dejar atrás la imagen de niño bueno. Desde mi punto de vista, creo que las transformaciones en su carrera artística han sido realizadas de una forma muy profesional y correcta. De esta manera, opino que ha llevado muy bien todo el tema de la evolución del estilo musical y su manager ha sabido orientarle a hacerlo de una forma pausada y seria. Por otra parte, la variación de su personalidad, así como la de su apariencia física, han sido demasiado bruscas y exageradas y creo que solo las ha llevado a cabo por aparentar ser un «chico malo y rebelde».
En otro orden de cosas, Justin Bieber no ha sabido llevar muy bien la fama, es cierto que la obtuvo de una forma muy repentina pero, creo que se le ha subido demasiado a la cabeza. Asimismo, cuando el cantante aparece en la televisión para dar entrevistas, me parece que va con demasiados aires de superioridad. Además, creo que la gente con la que se rodea y sus influencias en el mundo de las celebrities no le han ayudado mucho, puesto que, en cierto modo, le han empujado al mundo de las drogas y de las polémicas.
El caso de Justin Bieber frente al de Miley Cyrus presenta dos grandes diferencias. Como ya se ha comentado anteriormente, los cambios en sus carreras profesionales se han llevado a cabo de forma muy distinta, pues Bieber lo ha hecho de una forma más sencilla y simple, mientras que Cyrus se ha decantado por lo radical e impactante. Por otra parte, el cantante de la famosa canción Baby, a diferencia de la ex Hannah Montana, se ha dado cuenta de que esta malas actuaciones no pueden traerle nada bueno y ahora intenta lavar esta imagen construida para ser menos criticado por parte de la sociedad. Un claro ejemplo de los intentos para arreglar la reputación que tiene, lo protagonizó en el programa televisivo The Ellen Show en el que pidió perdón públicamente por ciertas malas prácticas. Aun así, será muy difícil que el cantante logre recuperar aquella imagen de chico encantador, pues sigue siendo considerado una persona maleducada y con aires de superioridad.
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