El caso Volkswagen
- Francesca De Cata
- 27 sept 2015
- 3 Min. de lectura
El pasado 18 de septiembre la Agencia Medioambiental estadounidense (EPA) acusó a la empresa automovilística Volkswagen de trucar el software que comprobaba las emisiones de los vehículos fabricados. Días más tarde Volkswagen reconoció que había manipulado los controles medioambientales en 11 millones de automóviles alrededor del mundo. A lo largo de la semana se ha estimado que la multa que va a recibir la empresa alemana puede llegar a ser de 18000 millones de dólares.

A pesar de las disculpas de Martin Winterkorn, el presidente de Volkswagen, y del responsable de la compañía en Estados Unidos, Michael Horn, la empresa se enfrenta a una muy preocupante crisis.
Volkswagen ha cometido uno de los mayores errores de su historia, pues engañar de este forma a las instituciones reguladoras y a su vez, a sus steakholders no puede terminar con un final feliz. El fraude que han llevado a cabo ya ha afectado gravemente a su reputación e imagen, lo que ha dado lugar a una importante pérdida de valor de la compañía. La falsificación de los controles ha dañado muy gravemente la credibilidad de la marca. Es muy probable que, tanto los clientes como la sociedad en general piensen que si les han mentido en este aspecto, les pueden estar engañando en otros temas. Por otra parte, a los empleados de la compañía están sorprendidos ante tales actuaciones y temen por el futuro de su puesto de trabajo. De esta misma forma, los accionistas no deben estar muy contentos, pues las acciones de Volkswagen se han desplomado llegando al nivel más bajo desde 2011.

Fuente: cincodias.com
Volkswagen se encuentra en una difícil situación, definida por algunos como un “desastre moral y político”. El director de comunicación de la compañía alemana va a tener que trabajar duro y llevar adelante una importante labor comunicativa para que los stakeholders vuelvan a confiar en la marca. Una de las principales funciones del dircom es cumplir las expectativas del público. En este caso, se deberá ofrecer a los públicos unas explicaciones detalladas y minuciosas sobre las actuaciones además de hacer las correspondientes revisiones y cambios a los 11 millones de vehículos trucados. Por otra parte, el dircom deberá llevar a cabo una comunicación que transmita el perdón de la empresa y asegure que van a esforzarse al máximo para que la sociedad pueda volver a confiar en ellos. Esto podría conseguirse poniéndose en marcha una política de total transparencia. El objetivo tiene que ser que la empresa vuelva a ser estable y recupere la prosperidad y resistencia que ha tenido durante tantos años.
Aun así, considero que la compañía alemana no perderá una gran cantidad de clientes y por lo tanto, no creo que las ventas vayan a disminuir drásticamente. Desde mi punto de vista, la mayoría de consumidores del sector automovilístico no compra un vehículo por que éste sea ecológico, sino que tienen en cuenta otras características. En cuanto a Volkswagen, los compradores destacan una variedad de rasgos tales como el buen nombre que ha tenido hasta ahora la marca, el buen funcionamiento, la alta calidad, su procedencia –pues hay una opinión general en torno a la idea de que los alemanes y los japoneses fabrican los mejores coches-, el diseño y el estatus que representa.
Desde sus inicios, Volkswagen ha trabajado duro para ser una marca potente, fuerte y de referencia. No se recuperará el día de mañana, pues deberá esforzarse durante un largo periodo de tiempo, pero al fin y al cabo, contar con una marca que ha estado en lo más alto durante tantos años y que se ha consolidado tan bien en el mercado es una gran ventaja. Eso sí, tendrá que trabajar mucho para volver a posicionarse donde estaba.
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